La camelina es un cultivo oleaginoso de ciclo corto utilizada para la producción de biocombustibles renovables, que puede cultivarse en rotación con soja, maíz y otros cultivos extensivos. Los agricultores pueden utilizar la camelina como alternativa a los cultivos de cobertura. Dado que la camelina requiere menos agua que los cultivos extensivos tradicionales y puede sembrarse en invierno, permite a los agricultores cultivarla en reemplazo de barbechos, aumentando su rentabilidad. La camelina no desplaza cultivos alimentarios, ya que se cultiva en terrenos sustituyendo periodos de reposo.

Un cultivo de cobertura cosechable

La camelina es un cultivo oleaginoso único de la familia de las Brassicaceae, que requiere pocos insumos: fertilización nitrogenada moderada, pocos herbicidas y, por lo general, sin aplicaciones de insecticidas ni fungicidas. La camelina se caracteriza por su resiliencia, especialmente en condiciones de estrés por sequía: la camelina muestra una mayor eficiencia hídrica que otras oleaginosas, especialmente en condiciones de baja pluviometría (< 250 mm). La camelina también ofrece otras ventajas agronómicas cuando se introduce en las rotaciones, su buen efecto alelopático le permite competir con malezas. Desde el punto de vista medioambiental, el sistema radicular de la camelina ayuda a mejorar la estructura del suelo.

Convierta las superficies de barbecho en superficies rentables.

Las variedades de ciclo corto de Camelina Company pueden sembrarse como cultivo cosechable. Los agricultores pueden introducir la camelina en las rotaciones de cultivo, proporcionando las ventajas agronómicas y medioambientales de un cultivo de cobertura, a la vez que generan ingresos por su cosecha.